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Saturday, April 24, 2021

Desastre en el Paraiso

Hace mucho tiempo que no escribo, pero releyendo algunos de los relatos de mi tiempo en la Universidad y en China, me he reanimado a escribir nuevamente. La memoria es débil y tesorar estas experiencias en palabras es precioso.

Esta es una pequeña crónica de nuestra experiencia durante el huracán María en nuestro último año en Puerto Rico.


San Juan, Puerto Rico

Septiembre 30, 2017

Con nuestra experiencia viviendo en Florida, USA y en el Caribe ya por más de 10 años uno se acostumbra a los huracanes y sabe como cuidarse. En esta ocasión ya veníamos del golpe de Irma que nos se dejó sin luz y agua por 10 días, lo cual nos trajo incomodidades menores pero nos preparó para María. Al ver que María iba a ser supremamente intenso compré pasajes a Colombia para Montana (Tana) y Rosa pero la vida nos tenía otro plan. El vuelo fue cancelado el martes y el huracán llegaba el miércoles. Nosotros vivimos en San Juan, justo en la playa en un piso quinto. El apartamento tiene ventanas laminadas pero no tormenteras (placas de metal que van por fuera que se instalan durante las tormentas). Decidimos entonces que Tana y Rosita pasarían la noche del martes y el miércoles con una familia amiga a media cuadra que viven en un piso más bajo y con tormenteras. Yo pasaría el huracán en nuestro apartamento y si las ventanas no resistían, pues pasaría el huracán en al hall del ascensor que no tiene ventanas. Nos separamos el martes en la noche. Los vientos empezaron desde las 11 pm del martes, a las 12 am se fue la luz, a las 4 am los vientos eran muy fuertes ya. Cuando vi que un almendro grande que queda en frente de nuestro edificio se partió por la mitad y que las ventanas del edificio del frente estaban siendo literalmente arrancadas por el huracán, cogí una botella de agua, el gato, una silla, un radio, una linterna y me fui al hall del ascensor. El huracán generaba cambios de presión constantes y el ruido del viento era infernal...de repente sentí que mi silla se estaba moviendo y pensé que estaba sugestionado del susto pero no, el edificio se movía como cuando hay un temblor de tierra. Fueron varias horas aterradoras, ya como a las 8 am bajó la intensidad y entré al apartamento, estaba completamente inundado con agua como a 4 cm. Inmediatamente moví todo lo que estaba en el piso y empecé con un recogedor y con un balde a sacar agua, saqué -sin exagerar- más de 30 galones de agua. La presión del agua y el viento era tal que el agua se metió por los aires acondicionados que están empotrados en las paredes de las habitaciones. Hacía las 10 am la gente empezó a salir, en mi edificio había apartamentos con las ventanas arrancadas en pisos arriba y abajo del nuestro, nuestras ventanas quedaron intactas... Bajé a la calle y para ambos lados solo se veían árboles y postes caídos bloqueando el paso, mucho vidrio de todas las ventanas rotas de los edificios, aires acondicionados arrancados de los edificios, pedazos de concreto, etc. Entre los vecinos sacamos todos los escombros que más pudimos para abrir paso en las calles. También ayudé junto con otros vecinos a dos señoras de edad que viven en mi edificio que estaban mentalmente destrozadas pues perdieron sus ventanas y por ende todo lo de adentro. Lo bueno realmente era que solo había pérdidas materiales a nuestro alrededor, nadie estaba herido o muerto. Las comunicaciones colapsaron por completo el 98% de las torres de celular de la isla quedaron sin funcionar porque dependen del sistema de energía eléctrica que colapso también casi por completo. Ya por la tarde logré verme con Tana, nos dimos un abrazo y le dije que se quedaran allí pues no era seguro salir a la calle por todos los escombros y cosas que había por ahí colgando.

Al día siguiente, después de limpiar el apartamento lo mejor posible y de botar las cosas que se dañaron por la inundación, la planta de nuestro edificio solo dio abasto para zonas comunes, así que no teníamos ni agua ni luz ya que la bomba del edificio necesita energía para suplir agua a todos los apartamentos. Otros vecinos, que habían logrado salir de la isla antes del huracán, nos había ofrecido su apartamento; fui a inspeccionarlo y también le había entrado agua pero muy poca, y su planta estaba funcionando perfecto, teníamos ya un lugar para vivir. Todo esto gracias a Tana que ha hecho amistades de personas muy generosas en nuestra comunidad. La isla quedó gravemente incomunicada, sin televisión o internet, solo quedó una emisora de radio funcionando y esa fue nuestra línea principal para enterarnos de la devastación a lo largo y ancho de la isla. En nuestra zona quedamos en un parche donde quedaron algunas torres de celular activas y podíamos así tener señal intermitente para comunicarnos. Pudimos entonces avisar a nuestras familias que estábamos bien y que teníamos comida y agua para aproximadamente dos semanas.

El Gobernador instauró un toque de queda de 6 pm a 6 am. La devastación y daño en vías principales de algunas zonas de la isla causó un colapso en el suministro de gasolina y diesel. Empezamos a racionar las horas de planta en el edificio. Ya al cuarto día se acabó el diesel de la planta. Los celadores del edificio tampoco podían llegar por la situación. Básicamente cada uno tenía que luchar por lo suyo. Nos enteramos que a una cuadra estaban saqueando negocios y entrando a robar a las casas y apartamentos durante el toque de queda. Algunos restaurantes que tenían planta abrieron por unos días y solo dejaban entrar gente conocida. Uno tras otro, los restaurantes iban cerrando a medida que se quedaban sin diésel para sus plantas. En la radio se escuchaba que estaba llegando ayuda masivamente y desde el apartamento veíamos muchos aviones militares y helicópteros llegando constantemente. Sin embargo, había serios problemas logísticos y la ayuda inicial estaba enfocada en zonas completamente destruidas y en rescatar a gente que requería atención médica. El suministro de gasolina se reactivó a cuenta gotas y apenas abrieron una bomba que quedaba a una cuadra de la casa. El barrio se transformó, se llenó de carros y gente haciendo filas eternas. El supermercado que queda a dos cuadras abrió y la misma cosa, filas interminables y la cantidad de productos por familia era racionada. Los carrotanques de gasolina venían escoltados por el ejército. Nosotros restringimos nuestros movimientos a los apartamentos de nuestras familias amigas que quedaban a menos de una cuadra.

 

Llegó el Sábado, dado que yo fui el único de mi trabajo que vive en un área donde había señal de celular me convertí en un puente de comunicación para coordinar los esfuerzos de la casa matriz desde USA. Se coordinó un envío en un avión con 5000 libras de suministros, teléfonos satelitales, y un especialista en informática para instalar una antena para internet satelital en la oficina. El objetivo de la compañía ahora no era el negocio sino asegurarse de que todos los empleados estuvieran bien. El avión aterrizó en el aeropuerto militar de San Juan y, a pesar de que el aeropuerto solo queda a 20 minutos de mi casa me demoré el doble en llegar, me encontré con calles inundadas y muchos obstáculos en las calles. Iba en un Jeep que un vecino me prestó pues mi carro es bajito. Con gente que logró reportarse a la oficina armamos un convoy de vehículos de carga. La compañía también envió a dos especialistas en seguridad, búsqueda y rescate armados fuertemente, las armas las llevaban en talegas de golf para no intimidar a la gente, que aquí no está acostumbrada a ver policía o ejército con armas pesadas. Normalmente en Puerto Rico los celadores no están armados por los costos de los seguros. Nuestras oficinas quedan en una región agrícola en el sur de la isla, la primera instrucción fue cubrir nuestros tanques fijos de gasolina y diesel. La oficina se convirtió entonces en un centro de acopio y de distribución de suministros (pan, agua, pañales, pilas, medicina, etc.) para los empleados. Junto con el especialista en relaciones públicas de la compañía, difundimos mi teléfono por radio para que los empleados que estaban desaparecidos reportaran su estatus.

Dadas las condiciones decidimos que lo mejor era salir de la isla pero, a pesar de que teníamos pasajes comprados, nuestro vuelo era pospuesto constantemente; el aeropuerto estuvo cerrado por los daños un par de días y reabrió pero solo para aviones con suministros y equipos de emergencia. El martes nos enteramos de la posibilidad de un vuelo de evacuación aérea coordinado por la cancillería de Colombia y la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). Logré comunicarme directamente con la cónsul Colombiana en Puerto Rico y me confirmó la noticia, me dijo que estuviera pendiente que posiblemente sería miércoles o jueves.

El martes transcurrió sin mayor novedad, la ciudad empezaba a oler a basura y agua estancada, no hacia brisa, el mar oscuro de todas las inundaciones y descargas de la isla, el cielo nublado, y había llegado una nube de polvo del Sahara que encapotó la ciudad haciéndola ver aún más triste. A eso de las ocho de la noche, le dije Tana “no creo que lo del vuelo de la FAC sea haya concretado para mañana”. Nos fuimos a dormir. A las 11:40 pm alguien tocó la puerta, me levanté y fui a ver cuidadosamente... era la vecina del piso, nos quería avisar que habían podido conseguir diesel para la planta del edificio. Aproveché entonces y revisé mi celular y tenía un montón de llamadas perdidas y textos de mis Papas tratando de comunicarme que el vuelo de la FAC era una realidad y que debía estar en el aeropuerto de San Juan en la zona de llegadas a las 7:30 am del miércoles. También le comuniqué los detalles a la prima de mi mamá y su familia, que también estaban tratando salir de la isla. Desperté a Tana y le dije “amor nos vamos mañana, hay que terminar de empacar”. Le toqué la puerta a los vecinos de piso y les pedí el favor de que nos llevarán al aeropuerto y aceptaron sin reparo alguno. Puse la alarma y nos fuimos a dormir nuevamente.

El miércoles me levanté a las 5:30 am, desayunamos algo ligero y nos fuimos para el aeropuerto. Llegamos a las 7:20 am y había cuatro buses que ya se veían llenos. Un muchacho de la cancillería nos vio y nos dijo “ustedes tienen prioridad porque tienen un niño, súbanse a este bus”. Nos subimos al bus y era el bus de familias con niños y estudiantes. Seis horas después, dieron la orden de movilizar los buses a la parte de atrás del aeropuerto a donde estaban llegando los aviones militares. El avión de la FAC estaba a plena vista al fondo y nos llenó de felicidad. Finalmente le dieron la orden al bus de que parqueara como a dos cuadras, nos dijeron bájense y caminen con sus maletas hacia la puerta de acceso. Seguimos las instrucciones, yo cogí nuestras dos maletas, y Tana a Rosita y al gato, -si hasta el gato nos trajimos!-. La puerta de acceso era un mar de gente, policías, soldados, vehículos, etc. Me metí entre la gente, llegué a donde un oficial de la cancillería y procesé los pasaportes. Caminamos hacia la puerta de acceso a la pista y me paró un guardia, le dije “estoy autorizado para subir a ese avión y vengo con un niño”, nos dejó entrar y vi a la cónsul, me dijo algo como “dale súbanse rápido, el avión tiene que despegar pronto”. El avión era un 727 militar de pasajeros, sin ventanas, sin aire acondicionado, pero era nuestro vuelo de regreso! Pasó como hora y media en terminar el caótico abordaje, el calor dentro del avión era insoportable, mi camisa estaba empapada en sudor, los bebes llorando, etc. Rosita estuvo muy tranquila siempre, no lloró y se mantuvo jugando, tal vez percibía que solo era cuestión de horas para estar de nuevo en nuestra linda Colombia con los abuelos. El avión se llenó de 180 almas rescatadas y tristemente no vi por ningún lado a la prima de mi mamá, no cupieron... pero la cónsul se quedó en tierra consolándolos y coordinando esfuerzos para otro vuelo a día siguiente... a las 2:30 pm empezó a carretear el avión y finalmente despegamos!

A las 4:30 pm aterrizamos en una base militar en Barranquilla para dejar a los que vivían en la costa, nos bajaron del avión y el cambio en el ambiente era notable! Nos recibió un militar alto y nos dijo “Bienvenidos, ya no hay afán, están seguros, están en su tierra!” nos dieron agua y nos llevaron a un salón. Las familias con niños fueron llevadas a una sala que tenía aire acondicionado, televisión para los niños y sillas cómodas. Hacia las 6 pm despegamos hacia Bogotá. Al aterrizar ya la noche había caído, nuevamente bajamos primero las familias con niños y los ancianos. A los niños les repartieron unos saquitos antes de bajarse. Ya en tierra, nos recibieron los ángeles de la Cancillería, La Cruz Roja y la Fuerza Aérea con frazadas con la bandera de Colombia estampada y nos dirigieron a una sala. Allí hicieron valoraciones médicas para lo que las necesitaran y nos dieron un refrigerio. Tana, ya dándose cuenta que estábamos al otro lado, empezó a llorar y nos abrazamos todos. Recogieron los pasaportes para hacer la inmigración y al cabo de hora y media nos montaron a una camioneta de la Cruz Roja para ir a entregarnos a donde nuestros familiares. Allí estaban parqueados mis Papas esperando ansiosos, nos abrazamos todos, ya todo había terminado.


Saturday, June 11, 2011

Viviendo a lo Chino

Dentro de mi proyecto tenía planeado una salida de campo a la provincia de Shanxi. La idea era ir al bosque a capturar escarabajos para hacer experimentos pues es Mayo es el mes pico, cuando es más fácil capturarlos.

El caso, arrancamos desde Beijing, 3 horas en tren rápido, llegamos a la ciudad de TaiYuan, -bastante contaminada también-, de ahí tomamos un bus que nos llevó por las montañas por hora y media. El paisaje era muy triste, todo el monte deforestado, y minas de carbón hasta donde la vista llegaba. Luego llegamos a GuiJiao, una ciudad más pequeña, de ahí alquilamos una van con conductor todero (de esas mini cajas de bocadillo) y una hora después llegamos al caserío donde nos quedamos. El caserío queda en el límite donde el paisaje empieza a mejorar y uno empieza a ver bosque en estado relativamente decente. La "estación de campo" era una estación de policía a medio terminar, no había baño, todo lleno de polvo, sucio, dormíamos y comíamos igual que los obreros. Al llegar el policía encargado, un campesino muy disciplinado de esa región nos dió la bienvenida muy amable. Yo creo que era el primer extranjero que veían en ese caserío, los niños y las mujeres se me quedaban mirando como si fuera de otro planeta....La cama era una tabla en un marco metálico pesado y burdo y el relleno de la almohada eran semillas de girasol. Sorprendentemente la almohada resultó muy buena y no se calentaba por la noche. El baño del caserío era una letrina de concreto, al principio me equivoqué y no le paré bolas al caracter Chino en la entrada de la letrina y me metí a la letrina de las mujeres! Afortunadamente no había nadie, pero después la cocinera me dijo que la tradición dice que cuando uno ve a una mujer desnuda se debe casar con ella, jajajaja, y feas que estaban en ese caerío, que peligro!; La bañada era cada cuatro días en un caserío cercano en un baño comunal asqueroso estilo campo de concentración (sin exagerar). En nuestro caserío había agua, pero los Chinos le tienen miedo a bañarse con agua fría, dicen que es malo para la salud. Yo sin pena, con balde en mano me bañaba con agua fría al lado del lavadero a diario, me miraban raro pero pues sucio no me iba a quedar por tantos días. Ellos -los Chinos- tenían una tinaja de plástico y se bañaban los pies y la cara todas las noches, me decían que era importante bañarse los pies pues era bueno para el corazón... La comida eran fideos Chinos en caldo siempre, a veces acompañados de pan al vapor, a veces de arroz, y con ensalada de repollo Chino, muy simple pero rico, lo único era que siempre era lo mismo, y nada de carne. Después de la "novedad" culinaria del primer día, pues ya no era lo mismo... Al segundo día la cocinera renunció! entonces cocinabamos voluntariamente en turnos, con los mismos ingredientes.

Para llegar al bosque tocaba andar 40 minutos más por carretera destapada metidos en el "bocadillo". Pero valió la pena, era un bosque de pino Chino espectacular, vi faisanes, carpinteros, ardillas y colecté mis primeras mariposas Chinas! El aire del bosque me supo a gloria -pues en Beijing es horrible- y el silencio y la tranquilidad fueron un gran descanso de la ciudad.

El último día, fuimos a comer al restaurante del caserío, todo muy rico, y entre otras cosas probé perro!, al principio rico, pero después de dos masticadas el sabor es muy fuerte, encima me dijeron mis compañeros que no estaba muy fresco! jajaja

El viajé fué con otros cuatro Chinos, dos pasantes (esclavos, jaja), un estudiante de doctorado, y un profesor. Todos muy buen ambiente y la forma en como viviamos les parecía lo más normal. Concluí entonces que están acostumbrados a vivir muy austeramente y viven felices con muy poco.

Friday, May 6, 2011

Y llegó Montana... y Zoey

Bueno, pues como ya algunos saben Montana llegó hace poco más de dos semanas. Le dió un poco duro el cambio de hora pero a la semana ya estaba bien. La comida China le ha encantado y está empezando a combinar ingredientes y recetas locales con lo que ella ya sabe hacer. Por ejemplo, para el almuerzo de Pascua preparó unos "raviolis" Ucranianos que les dicen perogies, pero usó la masa que usan acá los Chinos para sus dumplings y usó repollo Chino que es differente. En fin, he empezado a comer cosas muy ricas! aparte de la comida China que me encanta.

El otro día estabamos caminando cerca al apartamento y Montana dijo "kitty!!!" era un gatico que estaba tirado al lado de un arbusto en el andén. Estaba acostado y desde el primer momento fue muy dulce y amigable. Era obvio que no era un gato callejero, era un gato de casa perdido o abandonado. Montana tiene obviamente una debilidad por los gatos... Lo revisamos, -o más bien ella lo revisó- y tenía la patita frontal derecha rota, pero no había fractura abierta y el gato no mostraba signos de dolor. El pobre debía llevar en la calle ya un buen rato pues estaba literalmente en los huesos y se veía muy débil. Lo recogimos y lo llevamos al apartamento, le dimos un poco de pescado crudo, agua, y lo limpiamos. Montana obviamente quería quedárselo, pero obviamente presupuesto para llevarlo al veterinario no había. Yo le dije "si logras que lo arreglen, te lo puedes quedar, pero con la condición de que le encuentres casa antes de irnos de China" obviamente ella se encargaría de limpiarle todo al gato, jajaja. Después de buscar en Internet encontramos una sociedad de animales donde nos contestaron en Inglés, y nos dieron el contacto de un veterinario. Encontramos tambien un website beijingcat.org y llamamos, el website es organizado por una señora China obsesionada por los gatos, tiene como 100 gatos en su apartamento! El caso, la señora regó el mensaje por todo Beijing -estilo la noche de las narices frías- y en menos de media hora teníamos cita en un hospital de animales que quedaba cerca y con un veterinario que hablaba Inglés. Montana llevó el gato al hospital y todo el mundo se enamoró de Zoey (su nuevo nombre). Después de que lo revisaron, rayos X, bañada, limpiada de orejas, etc. decidieron que había que hacerle cirugía reconstructiva pues el punto de la fractura era en toda la articulación. Montana les dijo que no tenía plata para la reparación del gato y el médico, -que también se enamoró del gato-, le dijo que no se preocupara que pagara lo que pudiera y cuando pudiera. Así que tendremos Zoey para rato!

Gran Premio de Shanghai!

El Viernes antes de las clasificaciones nos montamos en un Tren a las 9pm con Jerónimo -un amigo Colombiano que decidió pegarse al viaje-. Diez horas después a 300km/h llegamos a Shanghai a las 7 am, de ahí cogimos el metro y llegamos a un apartamento que nos conseguimos prestado. Dejamos las maletas, desayunamos algo por ahí en la calle, y cogimos el metro directo a la pista! La pista queda lejos, como a una hora en metro. Jerónimo nunca había ido a una carrera de F1, pero yo si, entonces la emoción mía era increible. El metro va bajo tierra y de repente sale a superficie y para en la estación de la pista, -si la pista tiene su propia estación de metro!-. Cuando se abrieron las puertas, la música empezó, a 19,000 RPM los motores obviamente se escuchan desde lejos, que emoción al fin llegamos!!, pensé. Jerónimo conocía a unos Colombianos que distribuyen cafe acá y tenían un stand en la pista, entonces fuimos a saludarlos, nos tomamos y un café y arrancamos para nuestra tribuna. Estabamos un poco nerviosos pues las boletas que yo me levanté eran de estudiante (muy muy baratas), finalmente entramos como si nada, simplemente escaneamos las boletas en la entrada y listo! Las clasificaciones estuvieron cheveres y los McLaren mostraron que tenían con que, justo lo que yo quería!

La noche del Sábado, intentamos meternos al bar donde estaban los pilotos de F1, pero fue imposible. Entonces nos fuimos a un lugar muy Chino que se llama en Chino "shi ba ba" o "88" para el resto del mundo. Ahí nos tomamos un par de tragos y listo pa la casa.

El Domingo nos levantamos tardecito, desayunamos, y pa la pista. Nuestras sillas estaban en el "hairpin" que básicamente es una U después de la recta más larga entonces lo carros alcanzan aprox 312 km/h y bajan la caja hasta segunda, hacen la U y salen a toda mecha. Fue espectacular, pues es uno de los pocos lugares de la pista donde se ven sobrepasos. En la noche cogimos tren a las 9pm y 10 horas después estabamos ya de vuelta en Beijing a las 7AM y directo a trabajar.

Saturday, April 9, 2011

Costumbres y otras cosas

Bueno ya van casi 3 meses por acá en Beijing y me gustaría contarles algunas de las cosas diferentes que se ven por acá.

Los Chinos no se bañan todos los días, realmente no se si sea una o dos veces por semana, es lo más normal del mundo para ellos. También están acostumbrados a vivir en espacios muy pequeños. Al parecer esta forma de vivir está influenciada por la forma en que como vivían cientos de años atrás, cuando toda la gente vivía en "hutongs". Los hutongs son básicamente una casa grande, de un solo piso con un solar en la mitad, donde vive toda la familia (incluyendo abuelos, tíos, etc.) y tiene solamente un baño el cual es comunal, encima de esto tenían que lidiar con inviernos sin calefacción, etc. En los apartmentos modernos acá en Beijing el baño es pequeñito, y la ducha es un rinconcito. Entonces puede que esta forma austera de vivir esté relacionada con el no bañarse a diaro. Todavía existen hutongs en los pueblos.

Otra cosa un poco impactante es que escupen por doquier en la calle y a veces incluso en el metro. Por lo general lo hacen los hombres pero una que otra mujer también lo hace. Hacen un ruido "recoge gárgara" y juaquete escupitazo va escupizato viene, con el tiempo uno se acostumbra a oir ese ruido frecuentemente en la calle y obviamente a ver todos los escupitajos repartidos por el suelo. Los niños en etapa de entrenamiento de baño tienen pantalones con un hueco y cuando tienen que hacer la mamá simplemente los hace agacharse en el suelo y listo, esto sumado con los regalitos de las miles de mascotas que tienen los Chinos en Beijing, crea un campo minado del cual ya fui víctima, jajaja. De todas formas la cosa no es tan terrible pues hay muchos escobitas limpiando las calle todo el día.

A la hora de comer se comparten los platos, normalmente en un restaurante todos los platos están en la mitad pero cuando esto no es posible es perfectamente normal mandar el brazo para coger un pedazo de pollo del plato del que esta sentado en otro puesto. Todo el mundo coge comida con los palitos, lo cual no me parece muy higiénico, pues si uno se pone a pensar todo el mundo pone los palitos en la boca en cada bocado. Lo paradójico es que ni de peligro tocan la comida con las manos, todo es manipulado con los palitos y cuando les queda grande -si hasta a ellos les queda grande a veces coger algunas cosas resbalosas con los palo, p.e. tofu- usan una cuchara. Comen horrible, con la boca abierta, y escupen en la mesa los huesos, espinas, etc. que no se comen. La mesa queda como el juicio final.

Friday, March 11, 2011

Aprendiendo Chino 中文

He leido ya bastante sobre diferentes métodos para aprender Chino, pero mi conclusión es que lo mejor es desarrollar uno mismo su propio método. Empecé con una profesora nativa que iba a mi apartamento 3 días a la semana y cada uno de esos días tenía clase por dos horas. Era la mejor opción para empezar pues tiempo para ir a un instituto de idiomas no me queda. El libro que usabamos es el libro que usan en la mejor academía de Chino de aca de Beijing. Después de 5 semanas con esta profesora decidí cortar estas clases. Llegué a un punto en que las clases simplmente eran repetir frases y aprender vocabulario. Aparentemente, es el típico método de enseñanza acá, pero me dí cuenta que ya con las bases podía continuar yo por mi cuenta. Las clases fueron buenas para empezar, ya entiendo el sistema pinyin y los tonos, y mi pronunciación es buena. El hablar cómo tal a mi no me parece tan complicado, es cuestión de entender muy bien el sistema de tonos, y de ahí en adelante es aprenderse frases, vocabulario y prácticar y estudiar todos los días. Ahora estudio todos los días mínimo 20 minutos y pues como en la oficina todos son Chinos, pues escucho Chino todo el día. Poco a poco he empezado a reconocer varias palabras cuando ellos hablan y pues en la calle cuando me pierdo o compro algo ahí también se practica. Realmente lo más complicado es la escritura. Aprender a escribir como tal, a mi me parece innecesario, pero si ayuda para poder leer señales, avisos, etc. Y pues para aprender a reconocer los caracteres toca aprenderse unos básicos, mucha memoria fotográfica, pero en realidad eso no me desvela, pues no es esencial, con que pueda hablar y entenderles es más que suficiente. Voy a buscarme un buen libro de frases prácticas para seguir con mi plan de autoenseñanza.

Más aterrizado

Bueno, hoy cumplo dos meses en Beijing y pues digamos que ya le tengo el tiro a los buses y al metro para moverme en la ciudad. Entonces ya me siento como más aterrizado. Aun así, a veces cuando voy por la calle, me da la sensación de que estoy en un sueño.

Uno de mis amigos de la fábrica de aviones, me invitó el otro día a comer a su casa. El vive con sus suegros y tiene un niño de 7 años. Prepararon una comida especial y pues yo feliz, era mi primera vez en un hogar Chino auténtico con comida auténtica. Mientra preparaban la comida me quedé en la sala con el abuelo tratando de hablar y pues ahí con mi Chino básico logramos "hablar" un ratico. La comida eran varios platos con pollo, pescado, carne, etc. uno de ellos era pato estilo Szechuan, pues mi amigo es de esa región, cocinan pedacitos de pato con varias salsas y le añaden unos pedacitos de tofu que al cocinarse se expande y coge todo el sabor, muy rico. Otra cosa interesante fueron unos vegetales que reposan en un agua como por dos días, quedan ácidos, ricos también. Y unos fideos negros que también estaban buenos. Al final de la comida les conté que me encantaban los "dumplings" de cerdo y la señora se desapareció y a los 5 min llegó con un plato de dumplings. Mejor dicho casi me exploto!

De resto en la calle cuando puedo como en donde caiga, desde chucitos hasta restauranticos y siempre hay algo delicioso que me sorprende. Otra cosa que he notado es que los Chinos no toman leche, se consigue leche importada de Nueva Zelanda o leche en polvo, el caso los humanos no necestitamos tomar leche sino cuando estamos lactando. Yogurth si es comúm y es rico. Pan como tal no tienen, hay unos panes que no se con que masa los hacen, son menos esponjosos que nuestro pan, pero son ricos. Tuve también la oportunidad de conocer un mercado estilo plaza, muy bueno y pues aproveché y me compré mis primeros condimentos Chinos. En el mercado vi muchas clases de fideos, hongos secos, muchos tipos de pimientas, canelas, anises, y otras cosas que no se son. Me compré un pucho (que buena palabra no?, jaja) de uno de estos frutos secos pues le entendí a la vendedora que era como para cocinar con carne o pollo y olía como ácidito dulzón, entonces ayer hice el experimento y le dió fué un ligero sabor amargo al pollo, no quedó de ataque pero combinado con una salsa dulce yo creo que queda rico.